Pensando de camino para el depo todo lo que me trajo este fin de semana en Guadalajara creo que no lo podría resumir en una sola palabra, ni en una frase, no podría resumirlo ya que son bastantes cosas las que pasaron; se intentaron romper paradigmas por un lado y por el otro luchar contra un mar de emociones.
Cambiar la visión de una persona que se quedó por así decirlo viviendo al estilo de una ciudad cuando ya permanecerás en un lugar mucho más grande y donde las cosas son diferentes pueden ser volátiles. Más cuando te empeñas en recorrer caminos ya andados anteriormente que pudieron haber dado resultado en un lugar, pero en otro solamente no termina de funcionar.
Esto es parte de uno de los temas que se platicaron, donde una persona fue obligada a ver desde otra perspectiva la situación en la que actualmente y negando que se encuentra en una mala postura. Muchas veces hacer un gran esfuerzo no equivale a hacer el máximo esfuerzo. Hacer algo que gusta no es lo mismo a hacer algo que tienes que hacer, entre esas 2 frases hay un abismo de diferencia, se vierte la tranquilidad y la calma de una persona al ser cuestionada en sus métodos para salir adelante, y todo para que esa persona se dé cuenta que es por su bien.
Eso por una parte; por otra parte hablar directamente de mi hace que saque mucho de lo que traigo, de lo que vivo y lo que siento. Podrá no importar mucho, incluso podría no ser vista nunca por la persona que ocasiona tales cosas en el interior hecho de cascarón de carne y millones de nervios interconectados.
No importa si les importa o no, importa lo que al final se expresa, importa que se sepa y que llegue a donde tiene que llegar por más miedo que pueda causar.
En estos momentos de mi vida, pienso tantas cosas. Dejo correr la imaginación, dejo correr las probabilidades y aún así no te alejas del pensamiento.
Me empieza a preocupar que se haga tan grande y tu sin saberlo.
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