Finalmente tengo que reconocer que mi pensamiento es una constante. Ahora eres mi pensamiento favorito, no quería aceptarlo, pero la insistencia y la frecuencia de ellos fueron subiendo, simplemente no lo tenía previsto y ahora no lo quiero evitar.
No se como pasó, y ahora lo vivo. Me gusta. Me gusta sentirte cerca, tan cerca que no te dejo ni para irme a dormir. Posiblemente tan cerca mío que tu ni cuenta te das. En este momento me pasan por la mente cientos de cosas, o quizá solo sean algunas cuantas pero muchas de ellas siento como llegan pero no se van. Se quedan estacionadas, se manifiestan y me oprimen el pecho sin yo poder meter las manos por que no quiero, por que me gusta sentirlas.
¿Quién soy yo para decirte que me gustas?
¿y si te dijera que te quiero?, ¿que pensarías, que estoy loco?
Yo que a estas deshoras del día expreso lo que me pasa y pienso en tu expresión cuando lo leas, al menos no es una sorpresa en el grado de asombro de cuando te lo hice saber por primera vez en aquella sala de espera.
¿Te parece bien que te te lo diga? o ¿prefieres que me lo guarde?. Yo prefiero regalarte todo esto que siento, te lo regalo para que hagas con el lo que quieras.
Hoy son días de luz, días y noches que no dejan de sorprenderme y sobre todo de dibujarme esta sonrisa en el rostro.
Espero pacientemente las noches antes de cerrar los ojos. En el justo momento en que aparece tu imagen puedo dejar correr la cinta de los sueños. Por que en el día, en el día te traigo conmigo.
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