martes, junio 22, 2010

Cine japo

El fin de semana tuve la oportunidad de ver 3 buenas peliculas japonesas, no vayan a crear que son de esas donde saltan 5 metros y caminan entre las ramas por que se van a decepciones. Pero ya al grano.

La primera de ellas se llama Gen no Hiroshima

Si alguien de ustedes ya tuvo la oportunidad de ver la tumba de las luciernagas saben que es una película de esas "bonitas" pero que son muy tristes, a pesar de ser animación retrata de la forma más humana la vida de los personajes, basada en las experiencias reales vividas por Keiji Nakazawa durante el holocausto nuclear de Hiroshima en el verano de 1945, Hadashi no Gen cuenta la historia de una familia que lucha por sobrevivir en uno de los momentos más significativos de la Segunda Guerra Mundial.


La película comienza con un Gen de seis años, los cuales ha vivido a la sombra de una guerra que discurre en tierras lejanas de su Japón natal, donde vive con su familia. Aún no ha experimentado ninguno de los horrores que le depara el destino tras el bombardeo de Hiroshima el 6 de Agosto de 1945.

Es impactante ver la forma tan realista de como es presentada la historia, no tenía idea de las secuencias ni mucho menos de la crudeza de las imágenes, es una película que no se pueden perder, a la mejor no los hace llorar tanto como la tumba de las luciernagas pero muy seguramente si les sacará las de cocodrilo.

La otra película se llama Kwaidan


Tengo que decirlo es la mejor película de fantasmas que he visto, no se imaginen nada del cine gringo referente al mundo de lo paranormal, esta película está dividida en 4 historias indepentes basadas en cuentros tradicionales japoneses, realmente no puedes esperarte nada de lo que pasa, en este caso solo había leído solo un cuento que se llama la mujer de la nieve.

Pero relataré de forma leve cada uno de las historias, el primerito se llama pelo negro, una fábula sobre el verdadero amor y la ambición, un samauri vive en la pobreza y deja a su mujer por una vida mejor, volviéndose a casar con la hija de su nuevo señor; pero tiempo después se da cuenta que sigue enamorado de su primera esposa y vuelve en su busca, pero tras pasar con ella la noche, descubrirá que el destino es cruel y despiadado, venciendo a su arrepentimiento. La aparición de lo extraño en el relato tiene su clímax en el descubrimiento del samurai de la realidad, donde el sonido y el movimiento de la cámara muestran el inimaginable horror que se ha apoderado de él, pero no sólo en ello, ya en su regreso se intuye que se han producido cambios pese a la aparente normalidad, en la poca cuidada casa, en el reencuentro de la mujer y el terrible descubrimiento.


Después sigue la mujer de la nieve, dos campesinos que se ven atrapados mientras recoger madera en un cobertizo durante un fuerte tormenta en un día de invierno, cuando la aparición de una extraña mujer acaba con la vida de uno de ellos, perdonándole la vida al otro bajo palabra de mantener en secreto lo que vió. Así comienza la mujer de la nieve, Para ser una película de los 60's en este donde la utilización del color ofrece la máxima expresión llegando a momentos antológicos, utilizándose, la mayoría de las veces, para diferenciar la estación del año y dotando al relato de la misma fascinación y misterio que envuelve a la mujer de la nieve que aparecerá tiempo después y se casará con el campesino superviviente, dándole un hogar e hijos. Tiempo después del suceso y a pesar de la advertencia de la extraña mujer, el campesino le desvelará lo sucedido en una escena escalofriante, que aún ahora, tiempo después de haber visto la película, es como una fotografía que queda ahí y es que la aparente tranquiliadad se convierte en otro perfecto recurso para la representación del horror: así la mirada del campesino a su mujer, su rostro descompuesto y sorprendido ante el alarmante parecido a la extraña mujer que revela la mirada de su esposa y la revelación de ésta sobre quién es, cobra un significado terrorífico gracias a la puesta en escena, a un verdadero lenguaje fantástico.
 
El tercero es Hoichi, el hombre sin orejas, éste también me gusto bastante, Hoichi es un músico ciego pero que toca el laúd de manera magistral, pero el comienzo de todo es base para lograr entender lo que pasa, la primera escena es un enfrentamiento entre 2 clanes, los Genji y los Heiké, como en todas las batallas siempre hay un vencedor y por lo tanto un vencido. Después de la breve historia ahora si ái les va, Es por ello que es solicitado por los fantasmas del clan derrotado en la famosa batalla que ocurriera setecientos años atrás. Uno de ellos obviamente sin saber que es un fantasma le llama Hoichi, Hoichi, Hoichi y accede cada noche a interpretar para ellos los sucesos de aquélla batalla. La intervención de un sacerdote del templo donde vive Hoichi le llevará a desprenderse de los fantasmas, aunque no del todo. Hoichi sentado en una habitación esperando lleno su cuerpo de un texto sagrado que lo hará invisible a los espíritus, bueno casi todo; en eso el fantasma aparece y le llama pero no lo ve, después de un rato el fantasma solo puede ver las orejas de Hoichi, que no fuerón cubiertas con el texto y como prueba de que fué el fantasma decide arráncarselas para mostrarlas al emperador.
 
Y ya el último se llama, en una taza de té, La imagen de un espectro reflejado en el contenido de una taza de té resulta realmente atractiva y sugestiva. El samurai, que no puede dejar de sentirse perseguido por esa extraña aparición, terminará enfrentándose al aire y a sus propios medios en un relato cien por cien fantástico que no se priva de algún momento de ironía y que con más habilidad e imaginación de la que pudiera parecer, juega, como ya se ha dicho, a imaginar cuál es la causa del brusco final del relato. Las sombras de los tres sirvientes del espectro que visitan al samurai son invencibles en la asombrosa lucha que éste libra contra aquéllas. No son casuales los planos dedicados a simples tazas de té que se convierten en un elemento amenazador y nada agradable, es por ello que, coherentemente, esta otra obra de arte concluya con el plano de una taza de té.


Son relatos se puede decir son un tanto cortos, pero vistos de esta manera en la película dicen mucho como están iluminadas y los movimientos de la cámara, no se esperen grandes efectos especiales, es una pelicula del 64 y espera a que pasen los momentos exactos para detonar la acción, es otra que deben de ver, aunque eso sí es un poquillo larga.
 
Y la últimisima, pero no por eso menos importante es Ichi the killer.
 
 
 
 La historia inicia con la desaparición de un notorio jefe del Yakuza junto a 100 millones de yens. Su más leal lugarteniente es Kakihara amante de sadomasoquismo y el cual es un adicto al dolor, lo cree la forma más hermosa de las emociones, quien promete no detenerse ante nada hasta encontrar a su mentor y amigo. Se sospecha que ha sido asesinado por Ichi, un brutal asesino del que no se sabe absolutamente nada, excepto su salvaje forma de matar.  Desafortunadamente esto lo pondrá en conflicto con Ichi, un inestable asesino que está siendo manipulado por alguien para exterminar a las varias bandas criminales de la localidad. Todo esto, desde luego, llevará a un enfrentamiento entre los dos temibles hombres, pero lo que determinará el triunfo no serán las armas que emplean, sino sus variadas disfunciones psicológicas.
 
Muy recomendable, es una obra de gore japo, precisa en tiempos y acciones. No se pueden quedar sin verla.
 
Ái se ven
 
Saludos

1 comentario:

Solei Dantés dijo...

suenan muy interesante las tres, intentaré verlas.
Gracias por las recomendaciones ;)