Así como he utilizado este espacio para expresarme, llega la hora donde hable como me siento, de sacar aquello que traigo pero que simplemente se queda donde nace u otras veces llega al destino que quiero que llegue.
Desde siempre he sido una persona a la cual le ha costado expresarse, más si es con desconocidos, pero el punto es que llega el momento donde eso debe quedar a un lado y quitarse el miedo a callar. En los últimos días han sucedido cosas que sin duda han cambiado las maneras como veo las cosas, unas dejan de tomar importancia mientras que otras que eran importantes ahora lo son más. Hay situaciones donde sin esperarlo cambian el punto de vista o el Angulo de visión que no se había contemplado.
Lagos esta ultima ocasión me enseñó los contrastes sutiles que se tienen y no se ven, aprendí una valiosa lección, estoy en el proceso de sacar libremente todo para con quien no lo había hecho y que quizá no importe mucho, pero que para mi es importante.
Hoy tengo la fortuna de vivir y de poder decir lo que siento. De tener salud, papás aunque me pregunte por que mi papá sigue haciendo lo mismo, pero los quiero. De tener voluntad para dejar aquello que no me deja crecer.
Y al escribir esto veo el árbol que se encuentra fuera mi ventana, es como el deseo del viento de arrancarlo y llevarselo flotando por los aires.
miércoles, junio 29, 2011
lunes, junio 27, 2011
La casa donde no pasé mi infancia
Es una que no conocí y que ahora muchos años después le presto atención, mucho más a las fotografías, que aunque primera vista solo estén para que todo el mundo las vea no dicen mucho o no digan nada, el día de ayer pasé revista y me dejaba envolver por la historia detrás de cada una de ellas, había una de la cual no me acuerdo, pero tenía 9 años... O menos, pero esta colgado como fiel recuerdo de una fiesta navideña, nadie podría imaginarse las historias que el futuro les estaría diciendo a todos los que estuvimos en la foto.
Hay una pared que cuenta la historia de casi todos mis tios y sus bodas, y otras de ellos y su juventud, otra de ellos y sus familias. Historia de sus historias, nuestras historias.
Esa casa es reciente, pero puede resumirse a mis abuelos en cada uno de los cuartos donde suelen pasar algo de su tiempo; a mi abuela su cuarto de la costura y a mi abuelo el de herramientas.
Casi 6 meses después de mi ultima visita y no se cuántas otras ocasiones que he estado ahí me voy fijando bien en el detalle de las paredes y de las fotos que se encuentran a lo largo del primer piso.
Ayer posiblemente es un día que no vaya a olvidar, único esencialmente desde el momento en que desperté hasta que finalmente logré conciliar el sueño. En ese poco rato aprendí sobre mi y aprendí a entender a algunas personas -hay unas que simplemente no es posible-; aprendí el incalculable valor de las palabras dichas en su momento o en la sombra que queda de las palabras cuando te las quedas aún cuando fueron hechas para alguien, en el mutis absoluto.
Esa casa a la que todo el mundo entra y sale; pero pocos le dan la atención y el espacio para quedarse grabada dentro de los recuerdos. La casa de mis abuelos.
Hay una pared que cuenta la historia de casi todos mis tios y sus bodas, y otras de ellos y su juventud, otra de ellos y sus familias. Historia de sus historias, nuestras historias.
Esa casa es reciente, pero puede resumirse a mis abuelos en cada uno de los cuartos donde suelen pasar algo de su tiempo; a mi abuela su cuarto de la costura y a mi abuelo el de herramientas.
Casi 6 meses después de mi ultima visita y no se cuántas otras ocasiones que he estado ahí me voy fijando bien en el detalle de las paredes y de las fotos que se encuentran a lo largo del primer piso.
Ayer posiblemente es un día que no vaya a olvidar, único esencialmente desde el momento en que desperté hasta que finalmente logré conciliar el sueño. En ese poco rato aprendí sobre mi y aprendí a entender a algunas personas -hay unas que simplemente no es posible-; aprendí el incalculable valor de las palabras dichas en su momento o en la sombra que queda de las palabras cuando te las quedas aún cuando fueron hechas para alguien, en el mutis absoluto.
Esa casa a la que todo el mundo entra y sale; pero pocos le dan la atención y el espacio para quedarse grabada dentro de los recuerdos. La casa de mis abuelos.
miércoles, junio 22, 2011
Aún no me voy
Tuve la agradable experiencia de regresar a mi blog, a leer blogs, a donde todo comenzó. No hay red social que se compare, no es lo mismo, núnca será igual. Ni los 140 carácteres, o las minipublicaciones. Hay ideas que deben simplificarse magistralmente para poder expresar el pensamiento de toda una noche en apenas unas cuantas palabras.
Tenía pensando varios días sobre cuando abrí este blog y mi inmediata incorporación a una ciudad gigantezca, sin duda alguna que cambio mi forma de ver las cosas y de hacerlas, hay mucho de que darse cuenta y mucho por cambiar cuando ya te diste cuenta.
Un espacio que abandoné sin más ni más, donde más puedo escribir fluidamente sobre lo estresante y el enojo tan profundos que me provocan esos vendedores del metro cuando voy leyendo un libro plácidamente y de la nada sueltan un grito que hacen perder la concentración. O esa gente que por traer una guitarra se siente que canta y suelta unos berridos, igual siguen dejándome sin leer, y no me importa cuales sean sus pinches problemas, la gente que quiere sobresalir no anda dándote papelitos justificando que son de una sierra tremendamente alejada o que son pobres y por eso no pueden trabajar. En vez de eso te dejan unos papelitos sin que tu lo esperes con una leyenda lastimera. Lo mismo pasa con los que se enojan por que no les prestas un poco de atención y encima te la "rayan" no sin antes haberte mentado la madre.
Este espacio se espacio no me reprocha nada, ni me limita a expresarme. Que bueno es poder sacar todos aquellas cosas que me pasan, recomendar algún libro, una película o por que no simplemente redactar una experiencia vivida.
Blog, no te mueras núnca.
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