Desde el lunes pasado opté por cambiar la ruta para llegar a la oficina y de cualquier forma hago una hora por el tráfico que se hace para cruzar Av. Universidad a las 9 am pasadas. Los 2 primeros días que agarré ese transporte se descompuso a medio camino y nos tuvimos que cambiar por uno que sí servia y ya iba casi lleno y con poco lugar para maniobrar por el libro que es casi tan pesado como cargar la trilogía del señor de los anillos.
Del último fin me he encontrado que los choferes de los camiones son sumamente celosos del carril de donde van, que si te les metes cualquier caso es un fierro con llantas y su camión es lo único que rifa en la vida y no bajan de chingadera al carro con el que pelean el puesto, hoy casi se me hace ver que el chofer se bajara a media avenida a pelearse, pero no, no pasó de decirle al otro mono que se le metió: "¿tu chingadera qué?", "está mas caro mi camión que tu chingadera", "a ver vamos a ver cual aguanta más, no le saque no sea joto", "pa' eso me gustabas, no te vaya a dejar tirada tu chingadera" y ya que dió vuelta y me bajé en insurgentes.
Los choferes de micro o de camión son una joyita andando, hay de todo, desde los que sí son buen pedo hasta los que son como el vítor a la 10a potencia. Con sus micro tipo antro por las luces que trae hasta la música altamente vaciladora, no faltan los que traen todo retacado de calcas de todo tipo, los que ponen peluche y adornos varios pa' decorar, los que traen su tele de 10 pulgadas a blanco y negro y hasta los osados que traen su tele de 14 pulgadas a color, los más modernos que traen estereo que lee dvd y traen su pantalla integrada o los que traen una silla para sentar a las damitas que para ellos son de buen ver o como dicen: "están de buenos bigotes", en lo que casi todos coinciden es que cuando se sube seño le dicen, la espero madre, su cambio madre, con cuidado madre y así sucesivamente y claro después de eso pasa un compañero del microbusero y le espeta un chinga tu madre seguido de un, ulted disculpe madre.
De las cosas así mas extrañas es cuando se empiezan a pelear y no hay espacio ni para moverse, pero así son de escandalosos. Tampoco faltan los microbuseros que son toda sensación y hablan por teléfono y para andar metiendo los cambios le hacen al faquir, las conversaciones más recurrentes son esas de: ¿dónde nos vemos?, "voy a llegar tarde hay junta con los compañeros", "dile a ese güei que le voy a partir su madre por hocicón", "como no mi reina, tu nomás dices rana y yo salto", "yo ya estoy como el chocolate, listo para el meneo", etc, etc.
Todos son una variedad, pero nada más ilustre que verlos pelear por el amor de una muchacha, hacen mas show que lagrimita y costel juntos. Sublime.
Buen inicio de semana
Saludos
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