La viuda

En el ultimo año de universidad una vez me llevé una baraja para según jugar cuando tuvieramos descansos, antes de entrar a clases o en alguna hora libre, empezamos jugando blackjack, después pokar y al final Mariana nos enseñó a jugar a la viuda.

Empezó como un juego común y corriente para pasar el tiempo, después se fué conviertiendo en un donde se apostaban cosas sencillas. El efecto fué tal que primero fuímos 4 y después todo el salón, entíendase que eramos 6~7 personas sentadas en la banca esperando a la viuda, la baraja estaba nueva esperando ser repartida.

Agarramos la racha de jugar a donde anduviéramos, en la cafeteria, en el bar, en la barra de la tienda de don tekerereke, en el salón y en el laboratorio. Las primeras apuestas se hicieron de a peso, después subio a 2~5, modificamos el esquema de apuestas para satisfacer el hambre y los antojos que se producían por jugar frente a la cafetería, se apostaba de a mazapan, de a galletas, de a papas, de refresco y al final era de a papas y refresco. Los juegos chicos obvio no se llevaban nada, acá era de mínimo pokar si no no ganabas.

Dramatización

Saúl: tengo full
Mariana: pokar de 5
Oso: pokar de 9
Yo: pokar de 4
Azucena: 2 pares
Dillo: ya se la pelaron, tengo flor.
Dillo: ahora sigue el 3, repartan.

Cierto día que llegamos a un bar aprovechando que era viernes y la noche era joven, pedimos unas cheves, sacamos la baraja y que nos ponemos a jugar, como a los 15 minutos que llega un mesero y nos dice que la guardemos por que no se puede jugar, que si llega reglamentos la va a hacer de emoción ¿y qué hicimos?, la guardamos pero para irnos a jugar al piso de abajo junto a la mesa de billar.

Hasta eso en la universidad núnca nos dijeron nada, pero pues siempre se ponía bien denso por que sabías que cuando se jugaba de a 2 comodines era decir: ya me atoraron o ya chingué.

Ahora mucho tiempo después que nos pusimos a jugar en casa de la Mari y he de decir que tiene mucha suerte y me deja records de 10 ganados y 3 perdidos, creo que si apostáramos le estuviera debiendo los mil-ocho-mil. En Surutato también jugamos y se hizo furor con los primos, me cae que soñaban, comían, veían viuda, me veían y me decían ¿dónde está la bajara?, pa' acabar pronto, siempre cuando se acababa el turno nomás nos veían y decían "ya los pelé, ¿otra?" ahí las apuestas eran de a dulces, pero pues como era Diciembre no había purrun, en esa época hay abundancia.

Ahora que me puse a recordar a la viuda me acordé cuando una ves nos quisieron llevar al botellón, pero esa es otra historia que no tiene nada que ver.

Ahí se ven.
Saludos