De nuevo tenemos visiones.
Esto es algo que no ha pasado.
Apartado, en el rincón más alto de la montaña, el viento es congelante, la sensación de luz es poca, los sentidos se agudizan, el corazón se acelera.
Al frente hay una caída, tu pensamiento se llena de cataclismos.
Extiendes los brazos y dejas que el viento te recorra. Tienes la fe del pájaro que se avienta al vuelo.
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