Desde el aeropuerto

Desde un principio tuve un mal presagio con mi maleta, cuando el que descarga las maletas del camión en el que llegué a Culiacán me dijo: "¿trae piedras o que pedo? yo le agregué el que pedo pa que sonara bien.

Bueno yo sabía desde antes que mi maleta se iba a exceder pero no creí, total que me hice a la idea y llegué a documentar:

La revisaron y que me dicen:

-Trae 30 kilos señor

mentalmente dije: mergaaaaa

y que me puse a sacarle cosas, pero pues no mucho por que no había tanto que quitarle, me libré de 3 kilos y al fin tuve que pagar 2 kilos de exceso, ya que mergas.

Al mismo momento de eso me dan una encuesta pa' ver si tengo el mortal virus de la influenza humana, las preguntas de rigor fueron contestadas rápidamente y después de eso me dice la señorita, ahorita que le de su pase de abordar va allá donde está ese señor de amarillo para que le hagan el examen termográfico, a la mergaa, ya casi se me hacía que me decían "venga con nosotros por favor", a mi no me pasó eso, pero al señor que le tocó antes de mí si se lo llevaron, ví como había quedado su toma y se veía rojo hasta la madre, cuando ví el mío nomás estaba anaranjado y ya me sellaron el mentado volante que ahora me permite estar escribiendo aquí y no estar en un cuartito haciéndome no-se-que-tantas-pruebas.

***

Estoy sentado frente al lugar donde me tocó despedirme de Marielos la primera vez, la neta la neta si me da sentimiento, me toca volver al pasado recordando y en ese mismo momento me toca irme al futuro soñando.

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Al rato llego, acepto comités de bienvenida, acuérdense.

Ya pues, ahí se ven.

Saludos