De lento andar

***
Pues lo prometido es deuda, aquí les dejo un cuento que termine hace poco, cualquier comentario bueno o malo será bien recibido, igual se aceptaran sugerencias


Espero que lo disfruten, saludos!

***


Un abuelo de lento andar camina trabajosamente por la calle sosteniendo con su brazo enyesado un par de bultos de papel y en la otra una bolsa de plástico, un perro lo va siguiendo a su lado, se adelanta para olfatear y detenerse a esperar a su amo.


Horas antes salió por el pan, su fiel compañero ladrada sin control al ver unas luces brillantes, vio al mismo tiempo un almacén donde parte de sus sueños estaban desvaneciendose.

Pasó de largo e ignoro aquellas imagenes, se dirigió a un parque donde encontro unas bancas vencidas por el tiempo y algo oxidadas, de color verduzco y donde siempre se acomodaba a ver pasar el día, así eran los días hasta que un día dejó de llenarle de interes el mismo camino, el mismo paseo, la misma banca, ahora se daba cuenta que necesitaba hacer otra cosa, que la edad se lo estaba comiendo vivo, en su casa se acomodó, tomó sus viejos lentes y empezo a escribir una carta, esa misma noche dejó la carta y se fué a dormir, en el sueño pudo ver como parte de su aura azulada se elevaba y dejaba su cuerpo inerte sobre la cama con aquellas sabanas blancas, en su andar levitante se miró las manos y las vío rejuvenecidas, se fijó en el espejo, era el mismo con muchos años menos, paseo por la casa y en un rincon encontró una caja empolvada llena de viejos objetos quiza sin ningún valor, tal vez podrían ser viejas fotos, recuerdos, objetos heredados de generación en generación, quien sabe... en ese momento era solo una caja empolvada en un rincon, no la tomó pero siguio recorriendo el pasaje de su casa teniendo una visión un tanto mas diferente, los espacios que alguna vez ocupo ahora estan vacíos.

Ya en la mañana que despertó no pudo dejar de advertir aquella caja la abrió y los ojos se le llenaron de lágrimas, era como haber descubierto algo nuevo en aquellas cosas viejas, sentía un frío que le comenzaba en los dedos de los pies y no le paraba en las orejas, con un tanto de fuerza saco todo y lo fué acomodando donde hubera lugar, se sento en sillon y espero que bajara por las escaleras.

Dentro de el sabía que el tiempo se había agotado, se sentó en el sillon esperando que aquella luminiscencia azul zurcara el espacio de aquel sillon y acercandose lentamente fue sintiendo como la vida se le iba.

La muerte le había visitado.